miércoles, 19 de mayo de 2010

SOBRE TELEVISIÓN. DENTRO DE LA TRIBU Y LA NOCHE DE LOS TIEMPOS. Opinión de Cecilio Olivero Muñoz

SOBRE TELEVISIÓN

DENTRO DE LA TRIBU Y LA NOCHE DE LOS TIEMPOS


Por Cecilio Olivero Muñoz


     Estoy videando el programa de televisión que ofrece el canal CUATRO la noche del domingo. Veo en algunos concursantes una cierta automarginación impositiva que ejerce el hombre blanco como un muro que quiere marcar una diferencia, que si sí existe en la forma en que diferencian las costumbres, no existe en la manera sencilla con la que yo veo al hombre en sí. Suena a tópico decir que todos somos iguales, ya que, estamos de acuerdo en que así es, aunque a veces no lo seamos tanto. Nuestras costumbres llamadas “occidentales” hacen vernos como seres torpes y ridículos ante la naturaleza, quizá como los hombres de estas tribus lo serían si estuviesen en nuestro “mundo moderno”, plagado él, de obstáculos y presiones que tal vez ellos vean inútiles e irrisorias. Es cierto que el hombre moderno se ha complicado la vida a comparación con el hombre ancestral, que por suerte, todavía habita nuestro mundo. Y es cierto también, que la ridiculez que el hombre moderno posee al afrontar la vida rudimentaria, o salvaje si se prefiere, es tal, que debo sentir cierta vergüenza ajena al ver a mis semejantes hacer el memo de esa manera tan descomunal, por que es evidente que todo lo que el hombre ancestral hace rutinario en toda su conducta, el hombre moderno lo hace como si fuera un total inadaptado al medio, y da mucha tristeza comprobar que el hombre del hoy, el hombre moderno ha olvidado herramientas que son vitales para su supervivencia porque no las necesita para vivir. Veo en ese programa fragmentos que son de una emoción y un amor al mundo y a la vida que me hacen vibrar. Veo a esas familias compartiendo con esas personas y me transporto a lo que quizá vivieran los conquistadores al colonizar el nuevo mundo y que por la avaricia y la codicia del hombre blanco no ha podido hacerse posible. Veo al hombre blanco hermanado con estas personas y siento orgullo, siento emoción, siento que es posible que todos podamos amarnos, y que no exista ningún tipo de interés entre seres humanos, veo que es verdad, que el hombre blanco tiene capacidad de amar, siente respeto por sus semejantes, veo que otro mundo es posible, veo que está Nevando en la Guinea.

     Está Nevando en la Guinea y siento que puede ser verdad que el hombre blanco vuelva a su inocencia perdida y sea como antaño lo fue, tal cual como ellos ahora lo son. Veo que brota el amor, la comprensión, la humildad, la hermandad, la humanidad, y me enorgullezco de ser persona, me enorgullezco de ser un hombre, y me enorgullezco de haber nacido para comprender que mientras esté Nevando en la Guinea y brote calima en los mares del norte haber nacido valdrá la pena por que el hombre al fin es hombre.
      

 Cecilio Olivero Muñoz es poeta y fotógrafo.

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