miércoles, 25 de agosto de 2010

Confirmada la pensión de 24.500 euros mensuales de Teddy Bautista, presidente de la SGAE

Teddy Bautista cobrará una jubilación de 24.500 euros al mes 

Una noticia aparecida en La Razón en la que se afirmaba que Teddy Bautista cobraría una pensión de 24.500 euros mensuales. Dos días después, la SGAE ha emitido un comunicado que lo confirma.
El documento aparece íntegro en la web de Rtve.es. Por increíble que parezca, en la Sociedad General de Autores y Editores se defiende tanto la legalidad como la moralidad de una jubilación que el señor Bautista se costeará gracias, entre otras cosas, al canon digital que pagamos todos los ciudadanos.


El afán recaudatorio de la SGAE se ha caracterizado siempre por la desmesura hasta alcanzar límites bochornosos.  Algunos casos son recientes, como la pretensión de cobrar 95 euros a un instituto por representar Bodas de Sangre, o exigir 663 euros a una cafetería por encender la radio. Más descarnado es que perciba dinero de conciertos benéficos cuyas ganancias deberían destinarse a las personas afectadas por un determinado problema. Además obtienen ingresos del mencionado canon digital. Pero lo grave no es sólo que recolecte dinero de forma desmedida. En teoría, la SGAE es una entidad que protege los derechos de autor. Sin embargo, se queda con fondos que no van a parar a ningún autor. En su lugar, invierte el dinero en mantener su lucrativa empresa. El año pasado repartió 28 millones de euros entre sus empleados. O en caprichos, como cuando quiso hacerse con un Palacio en Boadilla del Monte por 30 millones de euros.
En 2009 supimos que la sociedad presidida por Teddy Bautista contaba con un fondo de dos millones de euros para asegurar un retiro dorado a sus ejecutivos. Hoy, la propia SGAE corrobora que Bautista percibirá cada mes de dicho fondo 24.511 euros, el 60% de su actual sueldo más un importe mensual adicional. Según la SGAE , “la futura pensión mensual del Presidente del Consejo de Dirección se corresponde a lo que el mercado ofrece a directivos de su nivel y categoría en entidades equiparables a la SGAE ”. Sin palabras.  


 A estas alturas de crisis y de disparate nacional, los jubilados españoles del futuro andan preocupados por si cobrarán o dejarán de cobrar sus prometidas pensiones. Todos menos Teddy Bautista, el presidente de la SGAE. Un personaje que según ha apuntado el diario La Razón , ya tiene su retiro resuelto para cuando decida traspasar a una mejor vida de jubilado. Y es que para buena vida, la suya. Según el mismo periódico, el hombre que interpretó la Canción a Judas en Jesucristo Superstar, percibirá 24.500 euros mensuales de pensión. El 90% de lo que actualmente está ingresando en forma de salario, pasando por alto los 4.000 euros que se embolsa cada año por sus correspondientes derechos de autor. 



 Cobrará una pensión vitalicia, es decir de por vida, que ascenderá a 323.773 euros anuales. Algo que un jubilado del montón nunca podría llegar a imaginar. Hay que tener en cuenta que nuestros abuelos pueden llegar a cobrar incluso menos de 500 euros al mes después de haber consagrado toda su vida al trabajo. El hombre que no se gana el pan con el sudor de su frente ha acordado un retiro publicado por el diario La Razón según un documento de la consultora Watson Wyatt, bajo el que se especifican las colosales cifras. Aunque no se explicita el nombre del afortunado receptor de la jubilación, en el texto consta la fecha de nacimiento y coincide expresamente con la de Eduardo Bautista



Y aunque en los últimos tiempos la SGAE ha registrado pérdidas y ha despedido a más de 20 empleados, la entidad no repara en gastos. Las últimas compras de la SGAE no han sido nada discretas. De hecho, acaban de adquirir teatros de nivel en la Gran Vía de Madrid, así como otros edificios situados en el extranjero. El caso es que han despilfarrado 350 millones de euros a costa del canon digital, los conciertos benéficos, las cafeterías y las peluquerías de este país, justo después de que la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid haya denegado a la entidad las reformas del famoso Palacio de Boadilla del Monte. Otra muestra de la gestión derrochadora del hombre que le cantaba canciones a Judas.


Atentado Cultural - La SGAE ataca de nuevo.

Se pretende obligar a las bibliotecas públicas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para 'resarcir' a los autores. Mientras la gente de a pie apenas llega a fin de mes, los ya millonarios se forran a cuenta nuestra.

 
POR EL PLACER DE LA LECTURA 
Escrito y firmado por José Luis Sampedro, escritor.

 
POR LA LECTURA

Cuando yo era un muchacho, en la España de 1931, vivía en Aranjuez un Maestro Nacional llamado D. Justo G. Escudero Lezamit. A punto de jubilarse, acudía a la escuela incluso los sábados por la mañana aunque no tenía clases porque allí, en un despachito que le habían cedido, atendía su biblioteca circulante. Era suya porque la había creado él sólo, con libros donados por amigos, instituciones y padres de alumnos. Sus 'clientes' éramos jóvenes y adultos, hombres y mujeres a quienes sólo cobraba cincuenta céntimos al mes por prestar a cada cual un libro a la semana. Allí descubrí a Dickens y a Baroja, leí a Salgari y a Kart May. Muchos años después hice una visita a un bibliotequita de un pueblo madrileño. No parecía haber sido muy frecuentada, pero se había hecho cargo recientemente una joven titulada quien había ideado crear un rincón exclusivo para los niños con un trozo de moqueta para sentarlos. Al principio las madres acogieron la idea con simpatía porque les servía de guardería. Tras recoger a sus hijos en el colegio los dejaban allí un rato mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuando regresaban a por ellos, no era raro que los niños, intrigados por el final, pidieran quedarse un ratito más hasta terminar el cuento que estaban leyendo. Durante la espera, las madres curioseaban, cogían algún libro, lo hojeaban y a veces también ellas quedaban prendadas. Tiempo después me enteré de que la experiencia había dado sus frutos: algunas lectoras eran mujeres que nunca habían leído antes de que una simple moqueta en manos de una joven bibliotecaria les descubriera otros mundos.
Y aún más años después descubrí otro prodigio en un gran hospital de Valencia. La biblioteca de atención al paciente, con la que mitigan las largas esperas y angustias tanto de familiares como de los propios enfermos, fue creada por iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con un carrito del supermercado cargado de libros donados, paseándose por las distintas plantas, con largas peregrinaciones y luchas con la administración intentando convencer a burócratas y médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que el conocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a la curación, al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus usuarios de una biblioteca con un servicio de préstamos y unas actividades que le han valido, además del prestigio y admiración de cuantos hemos pasado por ahí, un premio del gremio de libreros en reconocimiento a su labor en favor del libro.
Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón bibliotecario, al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de pago. Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para resarcir -eso dicen- a los autores del desgaste del préstamo. Me quedo confuso y no entiendo nada. En la vida corriente el que paga una suma es porque:  
a) obtiene algo a cambio.  
b) es objeto de una sanción.
Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y fomentar la lectura?. Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación?.¿Acaso dejaron de cobrar por el libro?. ¿Se les leerá menos por ser lecturas prestadas?.¿Venderán menos o les servirá de publicidad el préstamo como cuando una fábrica regala muestras de sus productos? Pero, sobre todo: ¿Se quiere fomentar la lectura? ¿Europa prefiere autores más ricos pero menos leídos? No entiendo a esa Europa mercantil. Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente deudor con la labor bibliotecaria en la difusión de mi obra. Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de autor cargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida en diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña. ¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!  
José Luis Sampedro



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